Ejercitar las Rs de la sustentabilidad: un desafío urgente

La basura es un invento humano que no existe en la naturaleza. Es uno de los símbolos más claros de las ineficiencias de nuestro sistema productivo, ya que materiales valiosos están contaminando nuestro ambiente en lugar de ser reutilizados y reciclados.

En el mundo, cada año se producen más de dos mil millones de toneladas de residuos, de los cuales sólo un 16% son recuperados. Más complejo aún, según estimaciones del Banco Mundial, para 2050 generaremos globalmente un 70% más de deshechos. ¿Cómo podemos aplanar la curva y revertir esta tendencia? Y, sobre todo, ¿por qué es importante hacerlo y aspirar a una economía circular? ¿Cómo podemos contribuir individualmente?

Somos muchos en el mundo los que consumimos y descartamos sin tomar conciencia. Aun sabiendo que los límites del planeta son finitos, desechamos residuos en él como si fueran infinitos. Mientras tanto, agotamos recursos, contaminamos el agua, el suelo y la atmósfera, y afectamos la biodiversidad, sólo por mencionar algunos de los principales impactos. No podemos seguir destruyendo nuestros ecosistemas. “No hay planeta B”, alertan centenares de carteles alzados en marchas que llaman a tomar conciencia y acción contra el cambio climático. 

Nuestros patrones de producción, consumo y nuestra cultura de lo descartable no son sostenibles en el tiempo: en la última década se produjeron más plásticos que en todo el siglo pasado. Y como no son biodegradables, no se reintegran a los ciclos de la naturaleza dejando microplásticos en todos nuestros ecosistemas. Se estima que ocho millones de toneladas de plástico se depositan cada año en los océanos y, de continuar esta tendencia, se espera que para 2050 haya más plásticos que peces en nuestras aguas (PNUMA, 2019). Hoy, debido a nuestros impactos y por las corrientes marinas, ya existen cinco grandes islas de plásticos en nuestros océanos: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico. Una de ellas, conocida como la gran isla de plástico del Pacífico, equivale a diez veces la superficie de Uruguay

La problemática de la generación de residuos no se reduce únicamente a los productos plásticos. En el mundo, un tercio de todos los alimentos que se producen se pierden o son desechados, un sinsentido cuando en la actualidad más de 800 millones de personas en el mundo sufren hambruna (FAO). Además, en términos económicos, se calcula que este inmenso derroche le cuesta a la economía mundial un billón de dólares al año (Programa Mundial de Alimentos – ONU). A las cuestiones morales, humanitarias y económicas, se le suman dos factores adicionales. En primer lugar, las enormes cantidades de recursos naturales desperdiciados, principalmente la energía, el agua y la tierra. En segundo lugar, la alta emisión de gases de efecto invernadero derivados de una mala gestión de los residuos, por ejemplo, cuando se manda a enterrar lo que podría ser recuperado y reinsertado a la sociedad. Estimaciones indican que si todos los desechos globales de alimentos fueran un país, éste ocuparía el tercer puesto en el ranking de emisión de gases de efecto invernadero, después de China y Estados Unidos (FAO). 

Ante este escenario mundial, las Rs de la sustentabilidad toman protagonismo. La problemática de los residuos nos interpela a todos, como ciudadanos, productores y consumidores. Comenzar a ejercitarlas resulta cada vez más importante y urgente. Por eso, te invitamos a reflexionar sobre tu poder como consumidor, a rechazar comprar aquello que no necesitás, a reducir el consumo a lo realmente necesario, a reparar lo que ya tenés, a reutilizar para evitar los desechables y a reciclar lo que no pudiste reutilizar. ¡Te invitamos a incorporarlas a tu vida cotidiana! Pequeños cambios, tomados colectivamente, también hacen la diferencia. 

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